Cuando "LERÍN ES CAPITAL" comenzó su andadura y presentamos la sección de "Personajes Lerineses", dijimos que traeríamos aquí a personajes del pasado lerines pero también otros personajes más cercanos en el tiempo, incluso contemporaneos, que por un motivo u otro se han hecho acreedores de una mención en este espacio.
Y este es el caso del personaje que traemos hoy, que no es precisamente de origen lerinés pero que con el paso de los años y a pesar de la barrera del idioma se ha ido integrando, de forma estacional, en la vida lerinesa, y si nos lo encontramos paseando o fotografiando por el campo, o sentado en la terraza de Galo tomando algo, no nos resulta extraño y nos damos cuenta de que ha acabado formando parte de Lerín.
A lo largo de los años, Agustín Garnica ha ido entablando una buena amistad con él y por eso, hoy, nos trae hoy una acertada semblanza de este personaje.
En el año 1996 cayó por Lerín un matrimonio inglés que comenzó a venir a nuestro pueblo año tras año desde entonces. Casi nadie conocía sus nombres, así que es fácil imaginar que se les conocía como “los ingleses”. Más adelante supimos que sus nombres eran Barbara y Stephan, a quien aún se le sigue llamando como “el inglés” ahora que nos sigue visitando sin Barbara tras su fallecimiento el 20 de mayo de 2012, aunque ya somos muchas personas quienes sabemos que su nombre es Stephan.
Stephan Smith es un inglés nacido en 1937 en Biggleswade, Condado de Bedfordshire. Por los avatares de la II Guerra Mundial le obligaron a estudiar Ingeniería Mecánica, casándose al año siguiente de acabar la carrera con Barbara, con quien tuvo dos hijos, Helena y Paul.
No le gustaba mucho la Ingeniería y al cabo de unos años se empezó a dedicar a una de sus pasiones, las antigüedades, especializándose como lutier -le encantan las guitarras-, a ello ha dedicado su vida laboral hasta hace unos años.
Como ocurre muchas veces, es por casualidad que caen por Lerín la primera vez. Venían después de pasar la noche en la ermita del Salvador en el vecino pueblo de Falces, y se dirigían a Espinosa de los Monteros (Burgos). No les gustaba circular por carreteras nacionales, por lo que Stephan escribe en un documento manuscrito, que me envió hace años, lo siguiente: “Por la mañana pasamos por Lerín, parando en la Virgen Blanca. Esta parada fue la llave de nuestra salvación en la búsqueda de una carretera hacia Espinosa”. En su diario original escribió sobre su primera visita: “We headed off after a cup of tea stopping at a Cooperative Bodega at LERIN where we bought 10 l of their special 1995 tinto for 2000 pt”. Por lo que no parece que en ese año estuviesen muchas horas en Lerín, solo iban “de paso”, compraron vino y no subieron al pueblo.
Fue en 1997, cuando ya visitan el pueblo, debido a que encuentran la Bodega Virgen Blanca cerrada, y así nos cuenta Stephan en su diario: “En Lerín, donde encontramos la Bodega Virgen Blanca, donde esperábamos comprar tinto de Navarra, cerrada, así que condujimos hasta la villa de Lerín, encaramada en lo alto de un promontorio. Pregunté en Bar Gallina Blanca (seguramente se refería a Galo) en la C/Mayor por habitaciones, y después de una breve espera, la esposa (de Valentín) nos confirmó que si tenían habitaciones. La comida no era complicada: sopa de pescado (real), filete, patatas fritas, helado y vino Virgen Blanca. Café y ponche (seguramente sería pacharán) en el bar, interrumpidos por un irlandés hablador de Dublin...”. El irlandés de quien habla es Brian Barnes, quien por esos días se casaba con la lerinesa Charo Suescun. Brian recuerda perfectamente haber hablado con un inglés cuando estuvo en Lerín para casarse allá por el 19 de julio de 1997. En ese año, Stephan solo paso una noche en Lerín, y en su diario pone incluso lo que pagó: “2 menu 2000, Room 2000, Drinks 1100, IVA 351, total 5451”. Poco imaginaba el matrimonio que allí empezaría una nueva etapa de su vida anglo-lerinesa.
Foto 1. Detalle del diario de Stephan del año 1997.
En el año 1998, Barbara y Stephan llegan un jueves al “Galo Asador” y se van el sábado “Sat 18”. En 1999 la factura de Galo es del día 12 de julio, y en ella se observa que han estado tres días. Volvieron en el año 2000, año en el que comenzaron a pintar y dibujar paisajes lerineses, algo que llamaba la atención a quienes les veían en esa activad por las calles del pueblo. Pero podemos decir que es en 2001 cuando están ya varios días en Lerín, de tal manera que incluso se sacan licencia para pescar, con la ayuda de Paco (Francisco Camacho, por entonces camarero junto con Roberto Sánchez) en el bar de Galo.
Y así comenzó la historia. Desde esos años el matrimonio no ha dejado de venir a Lerín por primavera, salvo en 2012, ya que por esos meses fallece Barbara. Muchos pensamos que ya no volveríamos a ver a Stephan por nuestro pueblo, pero estábamos equivocados. Solo el coronavirus de estos meses le ha impedido preparar su tradicional viaje primaveral a nuestro pueblo.
En los primeros años de sus visitas a Lerín el matrimonio pasó bastante desapercibido, muy pocas personas, además de la familia Sánchez-López, del Bar Galo, los conocían. Se ve que en su primera estancia en la fonda de Galo hicieron buenas migas con Valentín, así que muy pronto comenzaron a bajar con él a la huerta. Dice Stephan en su escritos: “Valentín nos proporcionó nuestra primera experiencia en las huertas del valle del Ega”.
Pasaban casi todo el día por el campo dedicándose a sus aficiones favoritas: la pesca y la pintura. Stephan escribe: “Los encantos del pueblo comenzaron a llamar nuestra atención y la pintura se convirtió en nuestro pasatiempo habitual”... “Nuestros dibujos y pinturas atraían la atención de los jóvenes y mayores”. Me atrevo a contar aquí una pequeña curiosidad que pude escuchar en primera persona el día 19 de septiembre de 2015, cuando Blanca Martínez San Juan y Jesús Pellejeros García, que hacían sus bodas de oro, salían de la Capilla de las Monjas. Stephan y yo nos encontrábamos por los Porches, seguramente dando una vuelta por el mercadillo, y al ver las bodas de oro nos acercamos a felicitar al matrimonio. Cuando Stephan saluda a Blanca, ésta le pregunta si se acuerda de el día en que él y su mujer estaban pintando frente a la puerta de su casa del nº 17 de la calle Gracia, a pleno sol, y sin agua para beber. Stephan le contesta que recuerda perfectamente como les ofreció agua y como ellos se bebieron toda la que les sacó, pues tenían una sed enorme.
Foto 2. Copia de la acuarela titulada “Lerín desde los Pinos” pintada por Stephan Smith.
Pasada la etapa de la pesca, donde solo pescaban barbos, que, por cierto, no les gustaban mucho, y en la que aprendieron a “coger cangrejos a mano”, algo que evidentemente nunca habían hecho; y llegando a su fin su afición por la pintura, donde uno de sus lugares favoritos para pintar era Baigorri, Barbara y Stephan comienzan a dedicar sus jornadas a la fotografía. Dos son sus especialidades fotográficas favoritas, la primera los paisajes y cielos de Lerín y la segunda las aves.
Esta segunda afición sería el motivo por el que yo les conocí, cuando Roberto Sánchez me enseñó unas fotos de abejarucos (Merops apiaster) (en Lerín se les llama también picabejeros) y me habló de sus autores. Por coincidir con ellos en la afición de ver aves he pasado un buen número de fines de semana esperando poder hacer alguna buena foto de la avutarda (Otis tarda), del cernícalo primilla (Falco naumanni) o de la oropéndola (Oriolus oriolus) junto al matrimonio. Su afición a la ornitología hizo que durante un verano en el bar Galo, ya reformado, se expusieran una treintena de fotografías de aves que el matrimonio había hecho en Lerín.
De las fotos realizadas por ellos que más me han gustado, y que tienen un mayor interés ornitológico, destacaré una foto de la Carraca (Corracias garrulus), ave que no he llegado a ver nunca en Lerín, pero de la que me han dicho que se les puede llegar a ver. Y de las fotos que más orgulloso se sentía Stephan es una que hicieron a una canastera (Glareola pratincola), en las inmediaciones de la balsa del Corral Blanco. Aún recuerda Roberto la cara de satisfacción de Stephan cuando le comunicó que había fotografiado una canastera.
En este artículo para el blog “Lerín es capital” pongo una fotografía que realizó Stephan sin bajarse del coche. Ibamos por el “camino del monumento” y allí hablamos con los guardas forestales que andaban intentando localizar a un pollo de avutarda que había nacido en esa primavera. Poco después, desde el mismo coche, vimos, bastante cerca, dos avutardas que curiosamente no volaron al vernos, sino que se fueron alejando de nosotros muy despacio. No sabíamos que fuera el pollo y su madre, pero lo confirmamos cuando enviamos la fotografía a un correo que nos facilitaron los guardas y nos contestaron que si que eran. La razón por la que no volaron al vernos, según nos dijeron los guardas, fue porque el pollo no podía volar mucha distancia, y si lo hacía se cansaba mucho y podía ser presa fácil para algún zorro que merodease por la zona.
Foto 3: Avutardas en Mondiuso (Stephan Smith)
Con el discurrir de las visitas a Lerín fue aumentando el número de personas que comenzaron a conocer al matrimonio Smith, aunque no me resulta fácil señalar quien o quienes fueron las personas con las que comenzaron a tener más relación. En primer lugar, y sin duda, la familia de Galo al completo fue su primer enlace con el vecindario. No puedo nombrar a todos, pero Stephan no olvida la ensaladas con productos de la huerta de Valentín, los entrecots que le prepara Ana Marí, o lo que disfruta con Claribel en su huerta de Pieza la Parda, y por supuesto su enlace actual es Roberto, “alma mater” de la barra del bar, de quien, por cierto en el año 2001, Stephan pensaba que era marido de Ana. Stephan escribía en su diario: “Roberto who takes turns with Paco on the bar is a puzzle. I thought he was the husband of the woman “Anna? Who does alternate kitchen shift...”. Se hizo muy amigo de Valentín, supongo que por la edad parecida que tenían, y Stephan sintió muchísimo llegar a Lerín 3 días después de su fallecimiento.
Fuera de la familia Sánchez-López también tiene muy buena relación con bastantes personas. Señalar como ejemplo a Miguel Rodríguez, con quien pasa mucho tiempo en el Caserío de Esquiroz, donde anida(ba?) el cernicalo primilla, o con Félix Anaut, en la Sarda, donde va a (intentar) fotografiar las avutardas. Emilio González nos ha acompañado en ocasiones por Pieza la Parda para enseñarle a Stephan algunas de las aves que buscaba por esa zona, aunque la oropéndola seguía resistiéndose a ser fotografiada, a pesar de la ayuda de Emilio.
Entrando en un tema lerinés, me ha llamado la atención de los escritos en su diario cuando habla de la cuadrilla con quienes empieza a cenar en Galo, aunque reconoce que para ellos cenaban muy tarde y por eso no siempre compartían mesa y mantel con la cuadrilla. Stephan me escribe así: “Este fue el año de nuestra introducción de la idea de “Quadrillo” cuando por alguna casualidad entramos en conversación con un hombre, que nos reconoció pero que para nosotros era desconocido, él nos explicó que era juntarse con un grupo de amigos en una quadrillo; una palabra que no era familiar para nosotros, y sin más ceremonia nos invitó a entrar al grupo y nos hizo sentir bienvenidos”. Valentín les acompañó a un “pipero” para que ellos vieran por si mismos lo que era, y allí cenaron “A dish of snails and Bonito” (seguramente sería ajoarriero). Una lástima que no ponga en su cuaderno el nombre de quien les invitó a cenar, pero creo que no me equivoco demasiado si digo que la cena pudo ser en el pipero de “El Arca de Noé”, pipero de la cuadrilla en la que se integran José Carlos y Pepe, hijos de Valentín, junto a otros amigos como José Mari Reyes, Jesús Chocarro o Pedro Castillo, entro otros. Por cierto, con ellos aún sigue cenando Stephan los sábados en el bar de Galo cuando regresa a Lerín, en compañía de sus mujeres Claribel Moreno, Mariluz Gutierrez, María Carmen Yanguas, Blanca Medrano y Conchi Resano.
Foto 4. Stephan con la cuadrilla cenando en Galo (Stephan Smith)
El paso del matrimonio por Lerín ha dejado su huella en las personas que les conocen, pues Stephan tiene por costumbre traer algunas de las fotografías realizadas el año anterior, impresas en papel con su impresora casera, y así las va repartiendo entre las personas que aparecen en ellas. Además Barbara y Stephan firman unas fotografías que aparecen en el libro “Lerín. Historia Naturaleza y Arte” (Págs. 77 y 81), que publicó el Ayuntamiento en el año 2010, y como no podía ser de otra manera, sus fotografías son de aves de Lerín. La prensa local, Diario de Navarra de 22 de mayo de 2013, también ha tenido a bien dedicar una contraportada a Stephan, con un artículo que lleva por título: “El inglés al que susurran las aves”, y de introducción señala: “Hace 18 años que el inglés Stephan Smith incluye en sus viajes por el país en busca de pájaros para fotografiar. No es un álbum científico, sino de instantes atrapados para disfrutarlos en invierno”. Finalmente señalar que la portada de mi libro Los Pastores de Lerín. Sus corralizas, corrales, ovejas, vacas y abejas (2019) esta diseñada con una fotografía realizada por Stephan, en el año 2009, a Miguel Rodríguez con sus ovejas.Las etapas de las estancias en Lerín de Barbara y Stephan, las podemos dividir en tres partes iguales de unos ocho años cada una. La primera etapa en la que conocían a muy poca gente, y se dedicaban a la pintura y a la pesca; la segunda etapa donde aumenta su relación con más personas del pueblo, entre las que me incluyo, y donde su afición principal es la fotografía y la última a partir del fallecimiento de Barbara, que ocurría allá por 2012, cuando Stephan comienza a venir solo, pero sin olvidar nunca sus máquinas fotográficas ni sus aficiones.
Foto 5. Barbara y Stephan Smith en el Monumento al Marqués de Ayerbe (Agustín Garnica)
En esta última etapa de Stephan muchos creíamos que vendría muy poco a Lerín, pero no ha sido así, ni el fallecimiento de su esposa, ni su edad (nunca la dice cuando le preguntan), le han hecho perder la ilusión de pasar la primavera en nuestro pueblo. El Stephan de la última etapa ya no pasa tanto tiempo en el campo, le pesan las piernas, aunque si que vamos a hacer fotografías, pero “a la espera”, y a disfrutar de nuestros rincones favoritos. La Sarda, el “Monumento del inglés” (Mausoleo dedicado al Marques de Ayerbe y al Capitán Wanastron), el Corral Blanco o el Caserío de Esquíroz, junto con las orillas del Ega, siguen siendo lugar habitual de peregrinación por el campo de Lerín. Pero Stephan ya pasa muchas horas en el pueblo, lo que le hace que le conozcan más personas, pues su figura y su pelo, le hacen fácilmente reconocible. Sus desayunos en la cafetería de Fernando, o sus estancias en el bar de Galo le hacen muy visible y en ocasiones pasa como uno más de la clientela. Su gusto por el pacharán (A Barbara también le gustaba, siempre se tomaban uno después de cenar, al menos cuando cenaban conmigo), le ha hecho “inventar” una bebida que él llama “pacharino”, de esta manera bebe menos pacharán, ya que rellena su copa con vino, pues si la edad no perdona a la hora de ir por el campo en busca de aventuras, tampoco lo perdona en la ingesta del pacharán.
Stephan es un hombre inquieto, siempre tiene ideas para hacer algo nuevo, pero Stephan no ha olvidado su amor por las antigüedades y por la restauración, y así ha dejado en nuestro pueblo la huella con la reciente restauración del escaño que estaba en el Caserío de Esquíroz y que actualmente se puede ver en casa de Miguel Rodríguez y María Carmen Castillo con un aspecto rejuvenecido. Esa inquietud por saber y conocer le ha hecho visitar buena parte de los pueblos que nos rodean, Olite, Ujue, Cárcar, Sesma, etc. eran su destinos de las excursiones. Pero la que más les gustaba, sin duda, era la del día del mercado en Estella, donde han llegado a hacer amigos entre algunos comerciantes de la localidad, eso si, por la noche siempre volvían a dormir a Galo (“Galo is our home” escribe en alguno de sus textos).
Foto 6: Escaño restaurado por Stephan Smith que se encontraba en el Caserío de Esquíroz (Foto: Agustín)
¿Que es lo que habrá visto Stephan en Lerín para llevar un cuarto de siglo viniéndonos a visitar?. Así me lo escribe: “Sin duda Lerín ha salido por encima de todos los sitios que hemos visitado en España: no por sus características visuales sino por las personas tan cariñosas”. Muchos esperamos que se pase la pandemia del COVID-19 y que volvamos a ver a Stephan un año más por las calles y campos de Lerín.
Nota: Este reportaje, escrito para el blog de “Lerín es capital”, quiero dedicarlo a la memoria de Barbara Smith, quien a pesar del poco español que hablaba, siempre me daba la impresión de que lo entendía.
Artículo: Agustín Garnica
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Con stephan y Bárbara nos hicimos amigos, vinieron bastantes veces por casa y aunque hablábamos distinto idioma, nos entendíamos muy bien
ResponderEliminarMiguel y María.
EliminarAmigo Agustín:
ResponderEliminarEntrañable articulo de nuestrto común amigo Stephan.
Un amor incondicional que tiene por nuestra villa, a la que, espero, siga viniendo muchos años.
Creo además que, por lo menos a mí, nos ha enseñado preciosas y desconocidas aves de nuestro pueblo.