domingo, 15 de diciembre de 2019

SOPA DE ALMENDRAS


Hay muchas recetas que están firmemente instauradas en la tradición gastronómica lerinesa, pero muy probablemente, la que traemos hoy a "LERÍN ES CAPITAL" sea la que con más fuerza haya arraigado en la mayoría de familias de Lerín.

La SOPA DE ALMENDRAS es una parte imprescindible de la celebración de la Navidad en gran parte de los hogares lerineses, y lo ha sido durante muchos, muchos años.
Con frecuencia eran las abuelas quienes se encargaban de elaborarla. Por desgracia, las abuelas se nos van yendo, y las nuevas generaciones poco a poco van dejando atrás esta maravillosa tradición.
Por eso, desde "LERÍN ES CAPITAL" queremos animaros para que en todos los hogares de Lerín (y en los de todos los lerineses que están fuera) intentéis hacerla estas navidades. Y para facilitaros la labor os proponemos un par de recetas que os garantizamos que ambas estan muy probadas y que ambas están espectaculares.

También hay que decir que la sopa de almendras es uno de esos platos que en cada casa se hace más o menos distinta. Cada cocinero/a le da un toque diferente. Unos echan más almendra y otros menos. Unos la prefieren muy molida, como harina, y otros muy picada pero que se noten un poco los trocitos. Unos más azúcar y otros menos. Unos con huevo, otros, no. Unos con canela y otros no... Hay muchas variantes, lo que aún lo hace más tentador y... entran ganas de probarlas todas.

En algunas casas se hace un tipo de sopa de almendras diferente, de "comer con cuchara", en cierto modo más parecida a la "intxaursalsa" de nueces del País Vasco, pero con almendras en lugar de con nueces. De todos modos, las que ahora compartimos aquí son las del estilo más habitual en Lerín.



SOPA DE ALMENDRAS (I)





Ingredientes:

- 500 grs almendra cruda, escaldada, pelada, seca y molida
- 200 grs de pan hueco del día anterior, sin corteza
- 200/250 grs de azúcar
- 1 + 1/4 de leche entera
- Azúcar y canela para poner por encima
- Un palo de canela u otro aromatizante
- 1 nuez de mantequilla

Elaboración:

- Se pone el palo de canela o aromatizantes en la leche y se hierve brevemente dejándolo reposar.

- Sacar el palo de canela, añadir la almendra molida que mezclaremos con la ayuda de una varilla, operación que se repetirá con el azúcar y el pan picado en migas, hasta que quede todo bien integrado.

- Sobre una fuente de horno (hay quien dice que en cazuela de barro), untada con mantequilla, se vierte la mezcla anterior. Poner la canela y el azúcar por encima.

- Hornear a 180/200º unos 25/30 minutos.

Notas:
- Se trata de un postre tradicional de Navidad, que aunque Lerín no tenga su exclusividad, casi. Es muy poco conocido en otras latitudes, aunque guarda similitud con otras tartas de almendra, siendo la más popular la de Santiago.
- Hay numerosas recetas. Se pueden colocar los productos por capas, se pueden añadir huevos, leche condensada,... Se puede decorar con almendras tostadas fileteadas...
- La cantidad de azúcar irá en función de los gustos personales.
- La leche tiene una densidad de 1,03 g/ml. Si no tenemos medidor de volumen y sí peso, saber que 1 litro de leche equivale a 1.030 grs.
- El tiempo de horno es totalmente orientativo. La correcta cocción dependerá de varios factores:
     - Según el recipiente será el grosor y por tanto, el tiempo.
    - Los hornos son todos distintos respecto a la correspondencia de la temperatura marcada con la real.
    - Sí es importante no hornear a temperaturas altas, ya que se quemaría en el exterior sin hacerse en el interior.
     - Comerla a temperatura ambiente o en caliente, es un opción personal.


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SOPA DE ALMENDRAS (II) 

Esta segunda receta, como veréis, tiene algunas diferencias con la anterior. Quizás os lleve unos minutos más prepararla, pero el resultado es también alucinante.
 



Ingredientes:

- 300 grs de almendra molida
- 200 grs de azúcar (opción 150 grs menos dulce) + más 2 cucharadas (60 grs) para el final.
- 50 grs de mantequilla
- 4 huevos
- 1 litro de leche entera
- 1 palito de canela
- Unas láminas de corteza de limón (solo lo amarillo, filetear con un pelador)
- Pan, 1 baguette o similar (200 grs). Quitarle las puntas.

Elaboración:

- Cortar el pan en ruedas finas (todo lo finas que permita el pan si está tierno). Reservar.

- En una cazuela, poner la leche con el palo de canela y las lascas de limón a hervir unos minutos (5/7 min) para aromatizarla.

- Retirar del fuego y dejar que se temple (para que no se cuajen los huevos al añadirlos) pero sin que se enfríe demasiado (para que se deshaga bien la mantequilla). Retirar el palo de canela y el limón.

- Batir los huevos y juntarlos con la leche templada, la mantequilla, el azúcar y el pan. Revolver bien con cuchara hasta que esé bien mezclado todo.

- Finalmente, añadir la almendra y mezclar todo muy bien.

- En otra cazuela metálica baja (que pueda meterse al horno), poner el azúcar y calentar hasta que se funda, con cuidado de que se quede líquida pero que no se oscurezca demasiado, porque si no, el azúcar se quemará en exceso y el pastel quedará muy oscuro. Estará rico, pero menos bonito. Además, hay gente que les desagrada el sabor del azúcar muy quemado.
Cuando el azúcar esté líquido, mover la cazuela para que se impregne bien todo el interior, tanto el fondo como parte de los laterales.
Mucho cuidado con no quemaros con el azúcar. Las quemaduras de azúcar líquido son muy puñeteras. 
Este paso de cubrir con azúcar fundida el molde os lo podéis saltar y echar la mezcla directamente a un molde de tarta previamente engrasado con mantequilla, pero el toque que le da queda el azúcar queda espectacular tanto por sabor como por estética. Intentadlo porque merece la pena.

- Echar con cuidado la mezcla al molde y meter al horno 45 minutos a 170º (calor arriba y abajo)

- Pasado ese tiempo comprobar que la parte superior tiene especto a bien horneado y meter un cuchillo o una aguja larga para comprobar si está bien hecho por dentro. Si sale algo crudo darle 5 minutos más.

- Sacar del horno y dejar enfriar. Dar la vuelta a la cazuela sobre una bandeja y desmoldar.
Si la hacéis sin el azúcar fundido y lo hacéis en un molde de tarta, simplemente desmoldar y si queréis, decorar con almendras fileteadas, por ejemplo, o como queráis.

Mejor si se hace unas horas antes de comerla para que se asiente bien.

Ahora.... a disfrutar con ella!


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TRUCO MILAGROSO:

A las recetas que os proponemos hoy aquí, a ambas, no olvidéis añadirle dos ingredientes importantísimos. Más importantes aún que la propia almendra. Y además, son dos ingredientes gracias a los cuales estas recetas han ido pasando de generación en generación. No olvidéis incluir en la elaboración al menos 2 kgrs de CARIÑO y un kg de CALMA. Probadlo. Ya veréis cómo el sabor mejora una barbaridad. Más aún teniendo en cuenta las fechas tan especiales en las que la vamos a degustar. 


CONSEJO IMPORTANTE:

Si aplicáis el "truco milagroso" anterior, seguro que os sale estupenda a la primera, pero si por cualquier cosa no os sale perfecta para Navidad, no os desaniméis y recordad que justico siete días después tenéis Noche Vieja para volver a intentarlo y conseguirla perfecta.


Bueno, amigos/as, en serio, os animamos a que hagáis vuestra sopa de almendras estas navidades (y las venideras). Seguro que haréis disfrutar a quienes compartan vuestra mesa estos días.


Desde la sección de gastronomía de LERÍN ES CAPITAL os deseamos que paséis unas fiestas de Navidad estupendas, y que el próximo año nuevo esté lleno de salud y de momentos felices.



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Artículo: Pedro Castillo, Jose York 

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NOTA:

COMPARTID VUESTRAS RECETAS

Queremos aprovechar para animaros a que compartáis vuestras recetas con nosotros. No solo de sopa de almendras, sino de cualquier otro plato de la gastronomía lerinesa. Guisos, asados, postres, pastas...

Mandadnos vuestras recetas muy bien explicadas y poco a poco las iremos seleccionando y  publicando aquí para que se puedan consultar y poner en práctica. Hay que conseguir que no se pierdan esos platos tradicionales tan estupendos.

Mandadlas a: lerinescapital@gmail.com

 
Insistimos en que las déis bien explicadas, es decir, no nos sirve decir "un vaso de leche" o una "taza de agua", o "un puñado de...", cada vaso, cada taza, son diferentes, y lo que queremos es que todas salgan bien, por lo que os pedimos eso, que las cantidades sean lo más exactas posible. En gramos, en cc o litros... Esto es para todos los platos pero especialmente para los postres, es crucial. Los tiempos de cocción también son importantes. Ya sabemos que cada horno y cada fuego varía de unas cocinas a otras, pero intentad precisar lo más posible.

Queremos recetas vuestras, "de casa", no queremos recetas copiadas de internet. Tienen que ser recetas que hayáis hecho vosotros, que las hayáis probado personalmente.

Valen recetas tradicionales de Lerín o recetas que hagáis con productos lerineses.

Procurad acompañarlas con fotografías. Bien del proceso o del resultado final. Pero al menos una fotografía real del plato (hecha por vosotros, no de internet)


Muchas gracias por colaborar!!!

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martes, 10 de diciembre de 2019

LOS BLASCO, UNA FAMILIA DE MÚSICOS


Hoy, en LERÍN ES CAPITAL y dentro de la sección "PERSONAJES LERINESES" vamos a traer a la actualidad no solo a un personaje sino a una familia, los Blasco. Una familia, como veréis, muy caracterizada principalmente por su dedicación a la música durante varias generaciones.

Charo Lopez, tras un brillante y minucioso trabajo de investigación, nos trae una interesante semblanza de la familia Blasco, comenzando por...


ANTONINO BLASCO BANDRÉS

Antonino era hijo de Javier y María Jesús y nace en Sangüesa el día 10 de mayo del año 1857; se casa en la misma población en 1881 con Maria Dolores Hualde Barón (26-5-1858), hija de Manuel y Fermina, todos naturales de Sangüesa, salvo Manuel que era nacido en Vidangoz. Los tres primeros hijos de este matrimonio nacerán también en Sangüesa. El primero, Teófilo, el día 24 de julio de 1882; este fue sacerdote y párroco de Berbinzana durante cincuenta años (y allí murió en el año 1963); después nacerá Félix, que fue militar de carrera y vivió hasta los 101 años, y Juan.

 Antonino blasco Bandrés y su esposa, Dolores Hualde.

Antonino obtiene la plaza de organista para la parroquia de Lerín y la familia se traslada hasta esa localidad donde residirán en el número 62 de la calle Mayor, y aquí nacerán también el resto de sus hijos: Herminio (1884), Maria Rosario (1886), Misael (1887), Antonino (1889), María de los Ángeles (1881), otra niña también bautizada con el nombre de María Rosario (1894) -sin duda porque la anterior había muerto- y el último, Silvano, en mayo del año 1897. De estos diez hijos, sobrevivieron solo seis: Teófilo, Félix, Herminio, Maria Ángeles y Silvano; los otros cuatro no llegaron a la edad adulta.

La familia Blasco residió en Lerín hasta el año 1900. Poco antes de esta fecha, la iglesia de Santiago de Sangüesa se había quedado sin organista, pues el anterior, Manuel Martinicorena, había pasado a ocupar la plaza de la de Villava, y reclaman a Antonino para sustituirle; este es nombrado directamente sin oposición "atendiendo a los antecedentes de capacidad, moralidad y práctica de tantos años en la parroquia de Lerín, con que cuenta el pretendiente", según consta en el contrato. 
Antonino accede gustoso ya que esto suponía volver de nuevo a su pueblo natal. Las condiciones de trabajo fueron similares con las que se ajustó en su día a Martinicorena, a las que se añadió "estar siempre bajo la acción del párroco". No obstante a eso, Antonino también se involucró en la vida civil de Sangüesa, ya que en los años 1915 y 1917 ocupó la alcaldía de su Ayuntamiento. Será en ese mismo año 1917, al cesar su labor como alcalde, cuando decide jubilarse también de organista, pues, como se asegura en los documentos, era ya de edad avanzada. Su puesto, como veremos después, será ocupado por su hijo Herminio.

Antonino enseñó a todos sus hijos a tocar el órgano y el piano, incluída también su hija Ángeles y para la mitad de ellos -Herminio, Antonino y Silvano- esta actividad supuso su medio de vida. No obstante, a pesar de que el padre los pudo instruir debidamente, los aspirantes a organistas debían opositar y pasar un riguroso examen antes de acceder a una plaza, por lo que se entiende que al menos estos tres tuvieron que hacer también carrera musical. 

 Ángeles Blasco Hualde


Poseía Antonino un soberbio piano marca Jerôme Thibouville-Lamy, hecho en París con el que ensayaba y enseñaba a su prole las notas musicales y los rudimentos del instrumento. 




El mayor de los hijos, Teófilo, se decantó por la carrera eclesiástica. Fue párroco de Isaba hasta que en 1916 le destinaron a Berbinzana. Su hermana Ángeles vivía siempre con él y le atendía en sus necesidades domésticas. 
Cuando Antonino se jubiló se fue junto con Dolores, su mujer, a vivir a Berbinzana al amparo de estos dos hijos. Ángeles los cuidó hasta que murieron, en el año 1927 en el caso de Antonino, y en 1934 en el de Dolores.

Cuando el anciano matrimonio hizo la mudanza a Berbinzana, como su más preciado tesoro el piano también se fue con ellos, y ocupó un lugar privilegiado en la casa parroquial. Todos echaban mano de él a la menor ocasión amenizando muchas veladas. Ángeles gustaba de tocarlo por la tarde en las horas de asueto. Este instrumento todavía se conserva y lo guarda con cariño una de las biznietas de Antonino Blasco Bandrés.



HERMINIO BLASCO HUALDE

Hijo de Antonino y de Dolores, nace en Lerín el día 27 de julio del año 1884. Se traslada junto con su familia a Sangüesa cuando a su padre le conceden la organistía de la iglesia de Santiago de esa localidad, de donde era además oriundo. Herminio, como el resto de hermanos, aprende a tocar el órgano gracias a su padre, aunque, como se ha dicho, se entiende que también tuvo que seguir los estudios pertinentes para acceder al puesto de organista. Su primera plaza la consigue en la parroquia de Larraga. Herminio se casa en el año 1905 con una jóven de Sangüesa llamada Pilar Verdaguer (1-3-1887) con la que tuvo dos hijos, Juan y Jesús.

Como sabemos, al jubilarse Antonino, "la Junta de Fábrica y clero (de la iglesia de Sangüesa), atendiendo a la capacidad y práctica de tantos años", nombra como sustituto a su hijo Herminio, que había estado ejerciendo de organista hasta ese momento en Larraga. El contrato se firma el día 13 de mayo del año 1917, y accede con un sueldo que asciende a dos pesetas y veinticinco céntimos al día, a los que habría que sumar los derechos de arancel. Además de esto, Herminio debía enseñar música gratuitamente a ocho niños pobres y prepararlos "como infantes" para cantar en el coro. El contrato exigía también que "atendería necesariamente a las indicaciones que el párroco le hiciera en el desempeño de su organistía", como ocurriera con su padre.

El día 7 de febrero del año 1919, Pilar fallece y queda Hermimio solo con sus dos hijos; durante tres años se debatió en la incertidumbre, planteándose su futuro y el de sus hijos, hasta que en 1922 decide cambiar radicalmente de vida; deja su puesto de organista en Sangüesa y emigra a Cuba, dejando a sus dos hijos en Berbinzana a cargo de sus hermanos Teófilo y Ángeles, con el ánimo de reclamarlos cuando ya estuviera establecido en aquellas islas. De este modo, en la casa parroquial de Berbinzana pasaron a residir Teófilo el cura, su hermana Ángeles, los padres de estos, que como sabemos vivían con ellos dede que Antonino se jubiló, y los dos hijos de Herminio. Ángeles llevaba toda la carga familiar doméstica y ejercerá como una madre de sus sobrinos, además de cuidar de sus padres y hermano sacerdote.

Herminio, ya mientras la travesía en el barco quiso probar suerte aprovechando su profesión, e hizo amistad con los músicos de la orquesta que amenizaba a los pasajeros en los salones de baile y consiguió que lo contrataran. Al llegar a la isla se instaló en Santiago de Cuba y se colocó de organista en la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de esa ciudad. Además, conoció a una joven cubana con la que contrajo segundas nupcias. Consiguió también integrarse en la vida cubana y para ello estableció contacto con otros músicos.

El jazz estaba triunfando en esa zona caribeña. Este enclave cubano llegó a ser uno de los puntos de referencia y donde surgirán un buen número de importantes bandas. Herminio, atento a esta eventualidad, la verá materializada al entablar amistad con otro español llamado Antonio Temprano Cabo, un gallego natural de Santiago de Compostela y que había emigrado a Cuba en el año 1910; Antonio vivía en Sagua la Grande; este compostelano tenía también conocimientos musicales y tocaba diferentes instrumentos, entre ellos el acordeón y el saxofón; además, había ya sido integrante en varias orquestas, las llamadas jazz band, entre ellas en la Sagua Jazz Band, fundada en esa ciudad por Pedro Stacholy en el año 1914. Antonio tenía siete hijos a los que enseño a tocar diferentes instrumentos musicales, y esto le sirvió para que, a mediados de 1930, fundara junto a Herminio una banda de jazz de la que este último sería director.
A este nuevo grupo lo bautizaron como Jazz Band Hermanos Temprano.




Los jóvenes Temprano se convirtieron en virtuosos de la trompeta, el trombón, la tuba, el saxo y el clarinete. La banda obtuvo grandes éxitos y dieron conciertos en numerosos salones de los distintos pueblos y ciudades, incluída la capital. Su última gira la llevaron a cabo en el año 1938 y concluyó precisamente en La Habana donde el grupo se disolvió. 

Los jóvenes Temprano firmaron contrato allí mismo con la famosa orquesta Riverside, uno de los grupos de referencia de la música cubana y que tantos éxitos cosecharon entre los años 40 y 50, a la par que personajes tan famosos como Antonio Machín, que también era "saguero" (de la ciudad de Sagua la Grande).
Por su parte, Herminio y Antonio, los más veteranos, debieron abandonar esa actividad, al menos de manera profesional.

Antes de estallar la guerra civil española, cuando la política empezó a complicar la convivencia en España, Herminio reclamó a sus hijos, probablemente porque vió la posibilidad de que estos, al igual que él, se pudieran labrar un futuro ocupándose profesionalmente en alguna de estas bandas de jazz. Dichos hijos, por su parte, que ya eran unos jóvenes saliendo de la adolescencia, se resistían a dejar su tierra. Solo uno de ellos, Juan, accedió a cumplir el deseo de su padre. Viajó desde Berbinzana hasta el puerto de Bilbao acompañado de su tío Félix Blasco, quien se aseguró de que no sufriera ningún contratiempo hasta el momento del embarque. Jesús, sin embargo, declinó la invitación y se quedó en España ya que para entonces el joven tenía novia.

Herminio debió componer muchas piezas musicales que han quedado olvidadas, o que están tal vez desaparecidas; no obstante, sabemos que al menos una de ellas se conserva; es un himno a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, compuesto por el sacerdote jesuita Vicente García y armonizada por nuestro Herminio Blasco. El Himno se titula "Virgencita del Cobre".


SILVANO, el hermano más pequeño de la familia Blasco Hualde, fue durante un tiempo organista de la iglesia de Miranda de Arga. En un momento no determinado, también emigró a Cuba; no sabemos si al mismo tiempo que Herminio o quizás reclamado por este, viendo el auge y las espectativas laborales del sector. No conocemos mucho más de él, salvo que volvió de visita a España en una ocasión junto con su sobrino Juan.

 Los hermanos Herminio y Silvano Blasco Hualde.

Herminio nunca más regresó, a pesar de que la nostalgia y el recuerdo de su tierra estuvieron siempre presentes en su memoria. La correspondencia con su familia lo mantuvo en contacto con sus raíces, lo que amortiguó de algún modo esa carencia. 
Tuvo hijos con sus esposa cubana y ellos fueron testigos directos de la vida de esta lerinés y de la huella que dejó a su paso por esas tierras. Silvano, por su parte, no llegó a casarse.

Estos tres personajes (Herminio, Silvano y Juan) que partieron a la isla caribeña allá por los años 20 y 30, fallecieron en Cuba y allí descansan sus restos.




ANTONINO BLASCO HUALDE

Hijo de Antonino Blasco Bandrés y María Dolores Hualde Barón, y hermano de los anteriores, nace en Lerín el día 8 de junio del año 1889 y, como su padre, y algunos de sus hermanos, fue organista de profesión.

Se hizo cargo por un tiempo del órgano de la iglesia de Miranda de Arga, pero su trayectoria profesional la realizó esencialmente en Lerín, su pueblo. Aquí, además de organista, fue director de la banda de música local y alcalde a lo largo de dos legislaturas: en el año 1929, y después de la guerra.

Antonino se casó con Fermina Moreno Yerro (Lerín 17-11-1892), hija de Saturnino y Javiera, con la que tuvo cuatro hijos: Jesús, Jaime, María Carmen y Saturnino (Satur). 



 Antonino Blasco Hualde y Fermina, su esposa.

Al contrario que su padre, Antonino no enseñó el oficio de organista a sus hijos, que eligieron otras distintas profesiones; sin embargo, daba clases de música a los alumnos que lo solicitaban. Sabemos que así fue al menos en el caso de las hermanas Pardo, Eufemia y María.

 Antonino Blasco Hualde con sus sobrinos Jesús y Juan Blasco Verdaguer (Hijos de Herminio) y dos de sus hijos, Carmen y Satur Blasco Moreno.


Antonino, que era muy amante de la cultura, promovió siendo alcalde, en el año 1929, junto con el Patronato Social de las Buenas Lecturas la instalación de una biblioteca en los locales del Ayuntamiento. Para ello recabó fondos de dos socios capitalistas locales que de manera altruista colaboraron económicamente hasta hacerla realidad. Estos fueron José Lázaro y Dolores Pardo; ellos dos aportaron al Patronato cien pesetas cada uno, Antonino, por su parte, ciento cincuenta. No sabemos cuánto tiempo se mantuvo esta biblioteca pero da muestra del interés de su promotor por la cultura local.

A Antonino le encantaba la zarzuela y gustaba de tocar en sus casa piezas de este género que sus nietos escuchaban entusiasmados. También compuso obras y arreglos musicales para la liturgia y de género popular. Muestra de esto último lo tenemos en la famosa tonadilla titulada "Vaquillas señor Alcalde" que cada 25 de julio se escucha en los Porches del Ayuntamiento. 
A este lugar acude ese día un numeroso grupo de gente, con ánimo festivo, que se reúne bajo el balcón del Ayuntamiento para pedir al alcalde de turno las vacas para correr en las fiestas de la Virgen de Agosto, siguiendo una costumbre secular en la que, en una ocasión, la Corporación quiso suspender los encierros por falta de liquidez; ante esto el pueblo se sublevó en masa y, amotinado, exigió al Ayuntamiento que consiguiera del modo que fuera las esperadas vacas. 
Antonino puso música y letra al sentir popular del momento y, desde entonces, la banda de música toca ese famoso estribillo que es seguido y repetido machaconamente por el mocerío en pleno, para regocijo de todos, hasta que consiguen que el alcalde saque el pañuelo concediendo las ansiadas vacas.

Los Blasco armonizaron el culto litúrgico y amenizaron el esparcimiento festivo de varias generaciones, durante el tiempo en el que desempeñaron su finción; consiguieron sacar sublimes notas a los impresionantes órganos de esta zona de Navarra -que todavía se conservan- y llevaron su arte y su experiencia hasta la lejana Cuba.



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Artículo: Charo López Oscoz

Fuentes y bibliografía: 
Archivo municipal de Lerín
ARANA MARTIJA, José Antonio. Organistas Navarros de Principios de Siglo.1880
LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz. Capillas de música en las parroquias de santa María, Santiago y San Salvador de Sangüesa (Navarra). pag. 114
Familysearch.org 
Revista Católica de Cuestiones Sociales. Nº 418. Octubre 1929. Pág. 267 
http://saguaviva.blogspot.com/2009/05/orquesta-hermanos-temprano-uno-de-los.html 
http://saguamusical.galeon.com/productos1350043.html 
http://www.diocesisdesantaclara.com/noticias/item/1215-presentado-libro-de-emilio-cueto-en-santa-clara.html?tmpl=component&print=1 
Las fotografías en blanco y negro son cedidas por la familia Blasco.
 
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