Hoy vamos a salir al campo a estrenar una nueva sección de "LERÍN ES CAPITAL". Vamos a empezar a echar un vistazo al patrimonio natural de Lerín.
La idea de esta sección es ir mostrando algunos de esos tesorillos que habitan el campo lerinés y que según van pasando las generaciones y vamos perdiendo el contacto directo con el campo, están pasando de ser compañeros cotidianos en el día a día, a resultarnos seres cada vez más extraños.
Quienes más me conocéis ya sabéis que una de mis principales aficiones es salir al campo a fotografiar aves. Con el paso del tiempo, además de fotografiarlas, he ido aprendiendo más cosas sobre ellas. Y como sucede con tantas otras cosas, cuanto más se conoce sobre algo, más se llega a apreciar, y así, poco a poco, el interés va creciendo.
Y eso, o parte de eso, es lo que quiero compartir aquí. De vez en cuando iré mostrando alguna de esas especies de aves que enriquecen nuestro campo. Algunas son más habituales y se suelen ver con más fecuencia. Otras, por desgracia, es mucho más difícil poder contemplarlas. Algunas permanecen todo el año en Lerín, otras, llegan en la primavera y marchan tras el verano en busca de lugares más calidos para pasar otoño e invierno. Otras, por el contrario, llegan del frío norte a invernar aquí, ya que nuestro invierno es para ellas mucho más llevadero y tienen más posibilidades de alimentarse. Otras, únicamente están unos días o unas horas de paso o haciendo un descanso rápido, una pequeña parada en su viaje migratorio. El caso es que a lo largo de todo el año se puede contemplar vida por los campos lerineses.
Junto a las imágenes incluiré algún texto con la descripción y algunos datos sobre esa especie en concreto.
Todas las fotos que incluya aquí, en esta sección, han sido tomadas en terreno de Lerín.
Hoy comenzamos con estos simpáticos lerineses:
MOCHUELO EUROPEO
(Athene noctua)
Paseando por el campo de Lerín, especialmente al amanecer o al atardecer, es muy posible que nos encontremos, de repente, con la figura pequeña, rechoncha e inmóvil del mochuelo europeo o mochuelo común. Bueno, inmóvil... si no hacemos ningún movimiento brusco, porque si no saldrá zumbando en segundos. Pero si tenemos cuidado y estamos quietos podremos mantenerle unos momentos su hipnotizante mirada.
Hoy comenzamos con estos simpáticos lerineses:
MOCHUELO EUROPEO
(Athene noctua)
Paseando por el campo de Lerín, especialmente al amanecer o al atardecer, es muy posible que nos encontremos, de repente, con la figura pequeña, rechoncha e inmóvil del mochuelo europeo o mochuelo común. Bueno, inmóvil... si no hacemos ningún movimiento brusco, porque si no saldrá zumbando en segundos. Pero si tenemos cuidado y estamos quietos podremos mantenerle unos momentos su hipnotizante mirada.
A pesar de ser un ave rapaz nocturna, es frecuente verle
durante el día y se suele posar en las ramas bajas de los árboles y sobre los
muros de piedras de viejos corrales o cabañas.
Lo habitual al vernos (si nos quedamos quietos y no le incomodamos mucho) será una mirada
fija, luego moverá la cabeza de arriba a abajo, sobre todo si está asustado, echará un vistazo alrededor y
posiblemente nos seguirá mirando un rato y luego se marchará harto de ese mirón
indiscreto. Por eso, para no causarle molestias, lo mejor es seguir camino y
dejar de importunarle antes de forzarle a que se vaya.
Por hacer una descripción que acompañe a las fotos, podemos
decir que el mochuelo es un ave pequeña y rechoncha, de unos 25 cm. de pico a punta de la cola, una
envergadura alrededor de los 50 cm. y unos 150 gr. de peso.
Son rapaces nocturnas o estrigiformes, y pertenecen a la familia Strigidae (como los buhos, autillos, cárabos, etc)
Su plumaje es pardo-grisáceo, que mimetiza perfectamente en
su entorno habitual que son las ramas y especialmente las zonas con piedras,
bien naturales o bien viejas construcciones. Su cabeza no tiene penachos (como
es el caso de otros buhos mayores) y tiene “cejas” blancas. Sus ojos amarillos
le otorgan una mirada especial.
Durante el día su vuelo es ondulante, pero de noche vuela en
línea recta y casi a ras de suelo. Luego se eleva de golpe para colocarse en alguna rama o posadero.
El mochuelo vive en pareja de forma continuada. No construye nido, realiza la puesta en el interior de agujeros en los árboles o en huecos entre piedras del campo o de viejas construcciones humanas como cabañas o corrales, o cualquier otra oquedad. Incluso, ocupan nidos abandonados por otras aves.
La puesta tiene lugar a finales de abril y varía entre tres y cinco huevos que son incubados por la hembra mientras el macho se encarga de llevar alimento para ella al nido. Cuando eclosionan los huevos los pollos permanecen en el nido un mes, en julio empiezan a volar y en agosto se independizan y marchan a otro terrritorio.
Se alimentan principalmente de grandes insectos en verano y de pequeños roedores en invierno, aunque esta alimentación se acomoda según los recursos de la zona. Precisamente por su dieta, el mochuelo siempre ha sido un gran aliado de los agricultores.
El mochuelo está muy extendido, sobre todo en el sur de Europa y el norte de África, sin embargo, la pérdida de zonas de anidamiento y principalmente los pesticidas hacen que el declive de la población de esta especie en los últimos años resulte alarmante.
Bien, pues hasta aquí esta entrada sobre el mochuelo europeo, el pequeño cazador amigo de los agricultores.
Por cierto, si estos agricultores dejaran en su terreno algunos montones formados con las piedras grandes que a veces extraen de la tierra, favorecerían mucho la posibilidad de que entre ellas anide una beneficiosa pareja de mochuelos.
Ah! Solo una cosa más:
Por estas fechas, paseando por el campo, no es extraño que nos encontremos en el suelo crías de aves, pequeños "volantones", que nos parecen desvalidas, nos provocan lástima y hay gente que con buena intención los recoje para intentar sacarlos adelante por su cuenta. NO LO HAGÁIS!!! En la gran mayoría de los casos están siguiendo su proceso natural. Aunque parezcan abandonados y desvalidos, los padres los seguirán alimentando y cuidando, aunque estén en el suelo, hasta que se valgan por sí mismos. Siempre, claro está, que nos quitemos de en medio y nos alejemos. Si corren peligro porque están en zona de paso de vehículos, o con gatos cerca, lo mejor es apartarlos del camino y dejarlos en un posadero posadero más seguro, pero sin alejarlos del lugar.
En caso de ver que claramente están heridos, se puede avisar al seprona (112) y que ellos se encarguen de llevarlos a un centro de recuperación, pero lo más habitual es que no les pase nada.
Coger aves y llevarlas a casa, tenerlas y criarlas, especialmente de especies protegidas (que son la mayoría) no solo está prohibido sino que en la mayoría de los casos es conducirlos a una muerte segura, aunque se haga con buena intención.
Por estas fechas, paseando por el campo, no es extraño que nos encontremos en el suelo crías de aves, pequeños "volantones", que nos parecen desvalidas, nos provocan lástima y hay gente que con buena intención los recoje para intentar sacarlos adelante por su cuenta. NO LO HAGÁIS!!! En la gran mayoría de los casos están siguiendo su proceso natural. Aunque parezcan abandonados y desvalidos, los padres los seguirán alimentando y cuidando, aunque estén en el suelo, hasta que se valgan por sí mismos. Siempre, claro está, que nos quitemos de en medio y nos alejemos. Si corren peligro porque están en zona de paso de vehículos, o con gatos cerca, lo mejor es apartarlos del camino y dejarlos en un posadero posadero más seguro, pero sin alejarlos del lugar.
En caso de ver que claramente están heridos, se puede avisar al seprona (112) y que ellos se encarguen de llevarlos a un centro de recuperación, pero lo más habitual es que no les pase nada.
Coger aves y llevarlas a casa, tenerlas y criarlas, especialmente de especies protegidas (que son la mayoría) no solo está prohibido sino que en la mayoría de los casos es conducirlos a una muerte segura, aunque se haga con buena intención.
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Artículo y fotografías: Jose York
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Muy chulo! Creo que ya has fotografiado a todos los mochuelos de Lerín. Me atrevo a decir que su presencia en nuestros campos ha disminuido desde hace unos 20 años a hoy. No los tengo censados, pero sí que me da que antes se veían más.
ResponderEliminarMuy bonito y educativo, da gusto leer.
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