viernes, 21 de junio de 2019

ADIOS, HERMANAS DE LA CARIDAD DE SANTA ANA DE LERÍN



 En el artículo de hoy de "LERÍN ES CAPITAL", tratamos un tema que bien podemos decir que no pertenece solamente a una de las "secciones" en que clasificamos los contenidos. El artículo de esta semana incluye Historia, Sociedad, Cultura y Actualidad.
El tema daría sin duda para al menos un libro de buen tamaño, sin embargo, el formato de blog obliga a artículos resumidos y concisos, por lo que nos vamos a limitar a hacer un breve comentario que a la vez quiere ser un pequeño homenaje a quienes han sido parte importante de la historia de Lerín en los últimos 110 años. Y esto lo hace de maravilla Rosario López Oscoz:





Ha saltado en estos días una noticia en Lerín que no nos puede pasar desapercibida: Tras ciento diez años desde su llegada a este pueblo, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana concluyen su centenaria labor y nos dejan.

Ha sido más de un siglo de servicio dedicado a la educación de los niños y el cuidado de ancianos y enfermos. Una labor docente y asistencial tan silenciosa y eficiente como impagable.

Tras todo este periplo han dejado una impronta imborrable en el modo de ser de varias generaciones de lerineses, y justo es reconocerlo y agradecerlo. Este breve texto solo pretende formar parte de uno de tantos que están surgiendo estos días con este fin, y que no hace sino valorar y agradecer su intensa labor.





Ni ellas mismas, ni tampoco los promotores iniciales intuyeron siquiera el alcance que iba a suponer para Lerín aquella decisión al crearse una Fundación por parte del Ayuntamiento y del sacerdote local don Antonino Mendigaña.

Fue un diez de noviembre del año 1909 cuando "llegaron al "huertillo" (hoy Los Porches) en un carro que las recogió por donde La Sarda" (como diría Satur Blasco 50 años después en el cincuentenario), cinco monjas llamadas: Mauricia Lezáun (Madre Superiora), Asunción Marquet, María Arruego, Áurea Esteban y Conrada Ortíz. Llegaron acompañadas por la Madre General, Pabla Bescós, y tuvieron un recibimiento tan caluroso que esta misma monja escribió poco después: "Nos recibieron en ese pueblo con mucho entusiasmo. Son muy buenos en Lerín. Me vine edificada de aquellas gentes".






 Esta primera impresión fue el arranque de una relación fiel y duradera que las animó a asentar con tesón las bases de su empresa. Todo empezó a funcionar perfectamente, ya que todo estaba bien preparado y dispuesto por parte de las autoridades y acompañado de una buena determinación por el lado de las religiosas. Trajeron ellas una imagen del Corazón de Jesús, que todavía se conserva y al que se consagraron enseguida, y ellas mismas aseguraron que a partir de ahí "todo fue un cúmulo de bendiciones".





Su misión consistía en hacerse cargo de la atención al hospital y de una escuela oficial de párvulos, y sin haber pasado siquiera un mes ya se había abierto la matrícula para los niños de tres a siete años. Se apuntaron un total de doscientos treinta y cuatro niños, y al año siguiente la cifra ascendió a trescientos. La carencia educativa hizo que en el año 1911 abrieran también un Colegio para dar clases a niñas mayores. El número de parvulitos inscritos siguió aumentando y en 1919 sumaban cuatrocientos, y ya se advirtió que ese número era totalmente insuficiente para poderse llevar solo entre dos monjas, por lo que se tuvo que añadir una Hermana más. En el año 1924 la cifra seguía subiendo: cuatrocientos treinta y dos, y para el año siguiente ya no se pudieron admitir niños de tres años por no haber espacio suficiente en los locales.

Como las matrículas seguían aumentando (440 en 1928), se volvió a solicitar el concurso de una nueva Hermana y se acondicionó otra aula más.


El Colegio funcionó hasta el año 1972, fecha en que lo asume el Estado, pero continuó la escuela de párvulos hasta 1989. Para entonces, una sola aula bastaba y sobraba dada la baja natalidad que progresivamente se iba registrando en Lerín. Fue la Hermana Jerónima Cruz la que cerró el ciclo de la labor educativa que estas monjas vinieron a hacer a Lerín como una de las funciones prioritarias.






A lo largo de su trayectoria en este pueblo estas religiosas realizaron una frenética labor docente y asistencial, pero también hicieron labor de apostolado del que surgió un buen puñado de vocaciones locales que fueron enviadas a distintos puntos de la geografía mundial.

Según las crónicas de la Congregación, fue en esta casa de Lerín donde "brotó el primer chispazo misionero en nuestro instituto. Todavía en las demás casas aún no se conocía ni se trabajaba por las Misiones y ya la pequeña casa de Lerín era un foco intenso de actividad misional".

Una larga lista de jóvenes lerinesas, centraron su vocación en esta Congregación. Por citar algunas: Perseveranda y Marina Cruz, Encarna Garnica, Pilar Pérez, Julia Ontoria, Pilar Fernández, las hermanas Sagrario y Carmen Larralde, Arbeloa, Ramos, Villanueva, y un largo etcétera difícil de completar. Algunas de ellas fueron misioneras en países complicados y sufrieron secuestro y las consecuencias de las guerras tribales.






Son también innumerables las "Anas" (como también se les llama coloquialmente) que a lo largo de estos años han ido pasando por este convento de Lerín. Sería muy difícil hacer una lista exhaustiva. A pesar de ser todas ellas del mismo carisma, cada una de ellas marcaron también su propio estilo, y todas se llevaron un poquito del cariño de este pueblo y de sus gentes. A las Hermanas Francisca, Pilar, Gregoria, Nieva, María, Margarita, Modesta, Asunción, Esmeralda, Maria Jesús, Adelaida, Isabel, Teresa, Begoña, Alicia, Josefina, Mercedes, Ascensión, Lourdes, Marisa, Hnas. Jerez, Rosario, Josefa, Carmen, le seguiría un largo etcétera.

Algunas, después de muchos años de servicio, eligieron desgastarse hasta el final y descansar tras su fallecimiento en el cementerio de Lerín, donde tienen un lugar reservado. Otras, tras su relevo, fueron destinadas a otras Comunidades, o pasaron a las casas de retiro, después de una larga vida de entrega en las aulas y en la sacristía, como en el caso de la Hermana Asunción Cristobal, que marchó a Artieda después de celebrar sus bodas de diamante, desde su llegada a Lerín en 1946, o el de la Hermana Carmen Ruiz tras atender en el consultorio médico como ATS durante muchos años.


En el año 1959, cuando se cumplían los cincuenta años de estancia en esta localidad, se les ofreció un gran homenaje que muestran las fotografías en blanco y negro.

En el año 2009, en su centenario, se les hizo también lo propio por parte del Ayuntamiento y de la Parroquia y un buen número de Hermanas de esta congregación participaron y posaron ante el altar mayor de la iglesia en señal de recuerdo y agradecimiento y para dejar constancia del evento.






Será en el año 1992 cuando estas religiosas se hicieron cargo de la asistencia a los ancianos de la Residencia Virgen del Pilar de Lerín, propiedad de un Patronato, y será aquí y ahora desde donde darán por concluida su misión.

En esta mes de junio del año 2019, cuando se cumplen los ciento diez años de su llegada, acogidas de nuevo al Corazón de Jesús -al que se consagran cada año-, las cinco últimas Hermanas de la Caridad de Santa Ana de la Comunidad de Lerín posan en los días previos a su despedida, mientras en la Casa preparan con serenidad y con gran dignidad sus maletas. La serenidad que da el estar siempre disponibles a cumplir lo que se les manda, por su vocación de servicio, aunque con la inevitable tristeza de lo que dejan atrás.

Las Hermanas María Jesús Galindo, Elisa Santos, Carmen Pérez, Concepción Barcelona y la Madre Superiora María Luisa Lizarraga, marcharán ahora a sus nuevos destinos: Pamplona, Villafranca del Penedés, Collado Villaba, Zaragoza y Artieda, respectivamente. Un gran vacío se empieza a sentir ya en este pueblo que se verá ahora huérfana de su presencia, cariño y entrega.

 




Muchas son las cosas que se podrían decir, y muchos los testimonios personales que podrían acompañar en su despedida a estas religiosas. Todos los lerineses guardan sus vivencias concretas. Todas estas mujeres han sabido mimetizar y adaptar al modo de ser de Lerín y han estado pendientes de todo cuanto aquí acontecía, incluso socialmente.

Han desempeñado funciones docentes y sanitarias y funciones de ámbito religioso; han acompañado, visitado a los enfermos en los domicilios, y llevado el auxilio espiritual cuando estos ya no podían asistir a la misa dominical, y los han consolado en momentos de dolor y angustia. Han conseguido en definitiva configurarse con el acontecer diario de Lerín y sus gentes.






Gracias Hermanas de la Caridad de Santa Ana por el servicio vocacional que han prestado a esta Comunidad de Lerín. Han cumplido con creces su misión. Han hecho bien su trabajo. No se llevan unas manos suaves y delicadas, sino ásperas y resecas, fruto deun día a día de esfuerzo y entrega a los ancianos que han mantenido a su cargo.

Dios les recompensará por todo el bien que han hecho y el ejemplo que con su vida han dado. Que Él les acompañe, les proteja y les bendiga siempre.



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Artículo: María Rosario López Oscoz

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23 comentarios:

  1. Charo, has reflejado con exactitud y con detalle una etapa? imborrable en la historia de Lerín.
    Enhorabuena, a José York, a ti, y, sobre todo, a las hermanas de Santa Ana.

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  2. Gracias, Pedro. Hay tanto que se podría contar sobre las monjas y su trabajo en Lerín; y vosotros todavía más que yo.
    Decir también que la última de las fotos la he tomado de Miguel Albizu y otra de grupo es de Asunción Jeréz. Tengo unas cuantas más, antiguas y más actuales, pero incluirlas en este apartado habría resultado algo pesado, porque, como bien dice Jose York, estos formatos están pensados para ser lo más breves posible.
    Charo López

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    1. me gustaria ver las fotos de las hermanas si tiene mas estoy entrando a la comunidad y me encantaria conocer mas acerca de ellas mi correo es esmeraldabeauty@icloud.com

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  3. Relmente, desde la perspectiva actual da auténtico vértigo imaginar 440 parvulitos en Lerín!!!

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    1. Parece que esa franja denominada "parvulitos" abarcaba a los niños de 3 a 7 años. A pesar de eso, la cifra efectivamente da vértigo comparada con la actual.
      Charo

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  4. Invito a todo el que quiera desde aquí, a que haga un comentario sobre alguna de sus vivencias en referencia a las monjas, a modo de homenaje. Gracias.
    Charo López

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  6. Me ha encantado el reportaje. Dos de dos, enhorabuena a los dos

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    1. Gracias Pili, ellas son merecedoras de cuantos homenajes se les haga...
      Charo

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  7. Charo muchas gracias, es un texto precioso y hace justicia a esas mujeres q durante 110 años han hecho de Lerin un lugar mejor.
    Yo si llego a los 90 años quiero ser como la Una Asunción . Quiero leer en misa tb como lo hace ella y bajar y subir las cuestas del pueblo con salero y gracia como lo hace ella. De cada en casa llevando a Jesús Sacramentado y dando aliento, paz y serenidad a tod@s aquell@s q no pueden acercarse a la Iglesia.
    Me encanta como nos llama la atención cuando hablamos en misa y sobre todo el cariño y la dedicación q pone en todo lo Sagrado.
    Lo digo en presente pq la siento cada vez q estoy en el lateral del Altar.
    Nos enseñó tantas cosas con su sola presencia q es imposible no tenerla presente.
    Las otras monjas q nos acompañaron en nuestra escuela no fueron menos geniales. Q me decís de la Hna. Mercedes su amor por la historia, la geografía y sobre todo el arte, yo aún conservo mi Bloc de arte, cuántas cosas aprendí !!! Y de la Hna. Marisa cómo su pregunta clave q queréis ser de mayor???
    Las actuales Alicia o M Jesús y su gran ternura y sensibilidad cuándo leen en misa!!!!
    Por todo esto y por muchísimas más cosas más gracias hermanas.
    Mil y una gracias.

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    1. Gracias, Cris, por tu testimonio. Así es. Ellas han dejado aquí su vida pero se llevan un trocito de nuestro corazón...

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  8. Charo y José, felicidades a los dos por este testimonio histórico

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    1. Gracias Agustin ¡tu tía Encarna está muy presente!

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  9. Siguiendo el carisma de Caridad hecha hospitalidad nuestras Hnas se han entregado con fidelidad tantos años. Dios siga acompañando nuestro caminar. Gracias Hnas por su ejemplo.

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    1. Se nos va a hacer muy duro prescindir de ellas. En esta época de declive en Lerín, esto supone un duro mazazo.

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  10. Muy bien Charo, bonito texto de agradecimiento.

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    1. Gracias, Carmen, sé la tristeza que supone también para ti que se vayan...

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  11. Muchas veces creo que nos cuesta saber dar gracias. Y más cuando, a cambio de casi nada, nos han dado su vida.
    Y tras la lectura de este artículo, tan bello como la realidad que nos recuerda, siento la necesidad de ser yo mismo quien de forma humilde, les de las gracias por su enorme trabajo. Por haber cuidado de mi bisabuela Romualda,de su hijo, mi tío, "El Cuco".
    Dicen, que sólo los sencillos se van en silencio, pero Vds. Queridas hermanas, se van con todo el cariño de un pueblo,cargado de generaciones.
    Que Dios os premie tanto y tanto trabajo.
    Muchas gracias hermanas

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    1. Muchas gracias también a usted por dejar tan bonito testimonio. Me consta que ellas están leyendo todo esto.
      Charo

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  12. Charo has reflejado muy bien su trayectoria.
    Yo también quiero darles las gracias, y en especial a dos hermanas que me animaron y ayudaron para que estudiase: Hna Josefina Arauzo y Hna Asuncion Jerez. La 1ª para que empezase Ingreso y la 2ª para que continuase. Siempre les estaré agradecida. Son grandes personas y buenas maestras.
    He leído los comentarios y no he visto el nombre de una Hna que estuvo cuando yo estudiad 3° La Madre Cecilia.
    Las fotografías vienen muy bien para recordar a todas las que hemos conocido.
    Gracias Charo y José
    Tere

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  13. Gracias a ti, Tere, por dejar tu testimonio. Que importante haber encontrado en ellas el firme apoyo en los difíciles momentos de decidir el futuro. Y que importante reconocerlo. Ellas vieron el potencial y no sé equivocaron...
    Charo

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