BOXEO - CIRIACO DEL RÍO

¡Pues sí, tuvimos un boxeador en Lerín!

Ciriaco del Río Alonso nace en Lerín el 28 de julio de 1925, lugar en el que fallece en 2008.

Después de cursar los estudios básicos en el colegio, junto a su hermano Salus, tuvieron una pequeña fábrica de conservas en la calle Teruel. De ahí se trasladaron a otra mayor en la calle Concordia, que por diferentes causas terminó cerrando.

Se tuvo que reciclar. Cursó estudios de Formación Profesional en el ramo de la fontanería, sacando oposiciones en el PPO (Promoción Profesional Obrera), donde ejerció como profesor durante el resto de su vida laboral.

Después de un peregrinaje por Asturias, Tarazona y otros diversos lugares acabó en Pamplona, hasta que con la jubilación volvió a vivir a su querido Lerín, en donde pasaba sus vacaciones y fines de semana.

En esta ocasión lo que nos ocupa principalmente de Ciriaco del Río es el boxeo.

Durante unos 2 años estuvo compitiendo en este deporte. Fue campeón navarro y se presentó a los campeonatos regionales de la zona norte.

(Retrato realizado mediante el procedimiento del "bromóleo", técnica que combina la fotografía y la pintura con pigmentos al óleo)

El último combate que disputó es el que aparece en el cartel que ilustra esta historia y que ganó, lo que le daba la clasificación para los campeonatos de España. Al salir del ring, se desmayó como consecuencia de un derrame cerebral que lo apartó definitivamente de este deporte.

Podemos ver su ficha con la Federación Guipuzcoana de Boxeo, en 1945. En esta época, dicha federación organizó combates entre aficionados y profesionales.

Con relación al boxeo, a título anecdótico, en el Programa de Fiestas de Agosto de 1976, el día 19 se anunciaba: "Si es posible, se montarán unos combates de boxeo, en el lugar y hora que se anunciará oportunamente". Al final, se desconoce por qué, no se celebraron.

Era considerado deportista de élite por la organización Educación y Descanso a la que pertenecía, por lo que tuvo diferentes ayudas para poder aprender a esquiar, jugar a remonte y el tiro olímpico.

Aprendió también a montar a caballo, actividad que retomó después de su jubilación.

Recordar sus diferentes participaciones en las fiestas patronales, con sus exhibiciones de doma en la Plaza. También hemos podido ver en alguna instantánea que en sus años mozos hacía sus pinitos con el toreo "a manta".

Otra de sus aficiones era la caza y como consecuencia de la misma se aficionó al tiro al plato, participando en numerosas competiciones.

Casado con la lerinesa Pilar Andueza, tuvo dos hijos y una hija.

En Ciriaco, además de lo ya señalado, destacó su amor por su pueblo, su humanidad, simpatía, buen humor... En fin, una persona verdaderamente entrañable.

¡Ah! Y su impecable bigote.

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Artículo: Pedro Castillo

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