martes, 18 de abril de 2023

JAVIER GOROSQUIETA REYES

 

Traemos hoy a LERÍN ES CAPITAL a un personaje lerinés de gran relevancia en diversos ámbitos (cultural, social, económico...). 

Como es habitual en este blog, es Charo López quien, con la admirable capacidad para hacer este tipo de trabajos minuciosos a la que ya nos tiene acostumbrados, se encarga de hacernos una interesante semblanza de...

 

JAVIER GOROSQUIETA REYES SJ, experto en análisis económico y firme defensor de la justicia social.

 


 

“A la abundancia de bienes y servicios disponibles en algunas partes del mundo, sobre todo en el Norte desarrollado, corresponde en el Sur un inadmisible retraso, y es precisamente en esta zona geográfica donde vive la mayor parte de la humanidad. Al mirar la gama de los diversos sectores: producción y distribución de alimentos, higiene, salud y vivienda, disponibilidad de agua potable, condiciones de trabajo, en especial el femenino, duración de la vida y otros indicadores económicos y sociales, el cuadro general resulta desolador, bien considerándolo en sí mismo, bien en relación a los datos correspondientes de los países más desarrollados del mundo. La palabra «abismo» vuelve a los labios espontáneamente”. (Javier Gorosquieta. LA INTERDEPENDENCIA Y LA SOLIDARIDAD NORTE-SUR).

Con esta claridad y contundencia se expresaba el personaje que traigo hoy a este blog, ya que era una constante su preocupación por la desigualdad en el mundo, y con estas otras frases lo consideraban quienes trabajaron cerca suyo: “El talento pasa delante de nuestros ojos sin apenas darnos cuenta. El talento no hace ruido. Humilde, callado, sencillo, sin ostentación, sin prepotencia, este era el jesuita Javier Gorosquieta”.

¿Y quién era Javier Gorosquieta? pues un lerinés que dejó un amplio legado tras de sí. Un experto en el estudio y análisis de la economía global abordada desde el prisma de la Doctrina Social de la Iglesia;  un profesor humanista que con claridad y precisión pedagógica exponía sus reflexiones, no solo a sus alumnos a los que formó en los distintos institutos y universidades en los que desarrolló su labor, sino también a través de sus libros y la multitud de artículos en los que analizaba y desmenuzaba los distintos aspectos que afectaban a la economía de mercado, visto bajo el prisma de la responsabilidad moral cristiana.

 Francisco Javier, (Javier) era hijo de Jenaro Gorosquieta Yerro y Julia Reyes Velasco y había nacido en Lerín el 11 de octubre del año 1929. Cuatro días más tarde el párroco, don Pablo Ciriza, le administró las aguas del bautismo. Después nacerá José Luis, el segundo de los hermanos. Ambos tuvieron  una infancia alegre y feliz en su pueblo con su familia,  la cuadrilla de amigos y los vecinos. Cuando Javier contaba con apenas nueve años muere la madre y su padre contrae más tarde segundas nupcias con Luisa López, prima carnal de la anterior, y con la que tuvo otros tres hijos más: Antonio, Fernando y María Carmen. Javier y José Luis manifestaron siempre a Luisa un cariño filial como si hubiese sido su propia madre y a la que quisieron como tal.

 

 
Javier y José Luis con el abuelo Justo Reyes

Al terminar en el pueblo la educación primaria a manos de los maestros locales, Javier sale con doce años de Lerín (año 1941) para cursar el bachillerato en los colegios que la Compañía de Jesús tiene en Durango y en Javier, entre los años 1941-46. Para ese año de 1946, a punto de cumplir los diecisiete años, tuvo ya Javier claro que quería ser jesuita por lo que ingresa en el noviciado de Loyola. A partir de este momento comenzará su formación religiosa. Cursa Humanidades en Loyola y Filosofía en Oña. La Teología la hará a caballo entre Oña y Frankfurt y se ordena sacerdote en la ciudad alemana el 30 de julio del año 1960, celebrando su primera misa al día siguiente en esa misma Frankfurt de Main.

 

 
La ordenación sacerdotal en Frankfurt de Main. 30-7-1960

 Un año después, un 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, pudo por fin celebrar su primera misa en su pueblo de Lerín. Para la ocasión, la calle de Marcos, su calle, engalanó primorosamente todo el recorrido por el que debía atravesar la comitiva desde su casa a la iglesia acompañando al misacantano. Evento que no pilló de sorpresa a sus vecinos, que ya estaban acostumbrados a acompañar a los numerosos sacerdotes locales que por aquellos años recibían las órdenes sacerdotales o religiosas.

 

 
La calle Marcos de Lerín adornada para su cantamisa

 

 
Subiendo la calle Marcos hacia la iglesia acompañado de su familia

 

 
En un momento de su primera misa en la iglesia de Lerín (25-7-1961)

 

En el año 1963, el padre Gorosquieta se incorpora a la vida apostólica aunque continua estudiando. Su vocación religiosa estaba marcada por su ser sacerdotal, pero su pasión se inclinaba también hacia la vida académica, enfocada en un aspecto concreto: la economía; por eso se gradúa en Ciencias Sociales en la Universidad de Deusto para licenciarse finalmente en la Complutense de Madrid en Ciencias Económicas, carrera de cinco años que hizo en tres. Allí presentó y defendió su tesis doctoral en el año 1971 dirigida por el profesor Enrique Fuentes Quintana (Carrión de los Condes 1924-Madrid 2007), uno de los prestigiosos economistas de referencia del siglo XX. Fuentes Quintana fue además vicepresidente segundo del Gobierno de España por la UCD en el Gobierno de Adolfo Suarez.  El título de la tesis del padre Gorosquieta era: El sistema de ideas tributarias de los teólogos y moralistas principales de la Escuela de Salamanca (siglos XVI y XVII). También fueron profesores suyos, entre otros, Manuel Fraga, Gregorio López Bravo, Laureano López Rodó y José Luis Rodríguez San Pedro.

Este doctorado en Ciencias Económicas venía a sumarse a sus dos licenciaturas anteriores en Filosofía y Teología y el grado en Ciencias Sociales, una vasta formación que delataba su extraordinaria inteligencia, lo que lo situó en el foco de atención de sus superiores. A lo largo de su carrera docente impartió clases en varios centros de la Compañía de Jesús: en Córdoba, en la Escuela Técnica Empresarial Agrícola (ETEA), en Valladolid, en el Instituto Nevares de Empresarios Agrícolas (INEA) y en Bilbao, en la Universidad de Deusto. Pero donde dedicó especialmente su labor docente fue en la madrileña Universidad Pontificia de Comillas, concretamente en el Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresas (ICADE), donde impartió clases desde sus inicios hasta poco después de su jubilación.

 El padre Gorosquieta recaló en Madrid debido a que los Provinciales jesuitas españoles, atendiendo las indicaciones que proponía el entonces General de la Compañía, Juan Bautista Janssens, quisieron reforzar la institución de Fomento Social, organismo creado después de la guerra civil para dar impulso al apostolado que venía propugnando la Iglesia en su Doctrina Social. Por tal motivo, y para avivar estas tesis, se creó un grupo de expertos entre los que se iba a encontrar Javier Gorosquieta. Este equipo de Fomento Social tenía su sede en el edificio donde anteriormente había estado la revista Razón y Fe, que pasaría ahora a llamarse Casa de Escritores, aunque al centro se le conocerá sencillamente como Centro Loyola. Aquí trabajó Javier durante casi cuarenta años, buena parte de ellos siendo el administrador y director de la institución, alternando períodos de docencia en diferentes lugares de la geografía española. En un principio comenzó enseñando economía, pero progresivamente su atención se fue dirigiendo hacia la deontología y la ética económica y empresarial, de la que fue un referente. Alternó esta labor con la redacción de varios libros que se editaron y algunos se reeditaron con éxito y llevó a cabo una abundante actividad articulística de gran calado, artículos que se iban editando en numerosas revistas especializadas: Mundo Social, Razón y Fe, Hechos y Dichos y Mensajero, pero especialmente en la Revista Fomento Social, de la que fue director y redactor desde 1975 hasta 1990. Todo este legado de opinión del padre Gorosquieta se encuentra a día de hoy a la espera de una revisión seria que estudie y ajuste su pensamiento.

Para difundir ese pensamiento social cristiano, que defendía con entusiasmo, participó muchas veces a lo largo de su vida como ponente en numerosos cursos, seminarios y conferencias. Fue también consiliario nacional de “Acción Social Empresarial”, asociación cristiana de empresarios.

 

 
En una de sus muchas conferencias

 

Defendía Gorosquieta  la necesidad de un marco de moralización de la economía según el catálogo de los derechos humanos, ampliado por una ética social y económica, y así lo manifestaba: Lo importante para la Ética de la Sociedad Civil es el comprobar que en las sociedades democráticas modernas, e incluso en un ámbito más universal, existen valores, mínimos éticos compartidos por casi todos, que garantizan la estabilidad y la armonía de la convivencia democrática”. J. Gorosquieta. “Ética de Empresas. Teoría y casos prácticos. (1999)”. Y todo esto lo defendía al parecer lo mismo en sus primeros escritos de los años sesenta, con el país en vías de desarrollo, como en sus últimos análisis sociales de comienzos del siglo XXI.

Sus alumnos estaban acostumbrados a escuchar de su boca conceptos tales como el bien común, lo equitativo, lo razonable,  que repetía hasta la saciedad. Según el analista Alberto López Caballero SJ, Gorosquieta explicaba con una analítica clarividente, que el beneficio en una empresa es el precio que la sociedad civil paga al capital para mantener la economía de libre mercado, porque si el capital no recibiera beneficio su remuneración quedaría reducida al interés. Asegura también que, “Gorosquieta acepta el beneficio, aunque no como fin de la empresa, pero sí como condición necesaria para mantener la economía de libre empresa”. Continúa diciendo, que respetando el marco de la Doctrina social de la Iglesia (Gorosquieta) otorgaba superioridad al trabajo con respecto del capital. Por tanto, López Caballero  no duda en calificarle en este aspecto como un verdadero revolucionario ya que sus tesis suponen un giro copernicano sobre la mentalidad tradicional, en el que: a un salario fijado a priori el beneficio sería totalmente para el capital, él defendía que: a un beneficio del capital fijado a priori, el excedente del beneficio sería para el trabajo.  

 Contribuyó Gorosquieta por tanto al análisis en el actuar económico de negocio de la empresa siguiendo las líneas de un marco cristiano de principios morales, una moralización orientada al principio del deber y desde el prisma de la ética deontológica. Su formación teológica le inclinaba siempre hacia los más desfavorecidos.

Tras la apariencia de erudito, que lo era, de aspecto más bien serio e inaccesible, escondía cierta timidez nunca resuelta, pero su carácter era bondadoso y atento. De una honradez y humanidad notables; atendía siempre y aconsejaba a cuantos a él se le acercaban solicitando ayuda, como aseguran quienes lo trataron. Un sabio en definitiva dotado de una vasta cultura y gran intelecto mostrando a lo largo de su vida un gran interés por los derroteros en los que se movía la economía.

 

 
Javier (en cuclillas) patinando en sus años de estudiante junto a sus compañeros.

 

Como reconocido educador, especializado en ética económica y empresarial, exponía sus tesis con gran pedagogía y claridad, destacando en él su principio humanístico. Cuando cumplió los sesenta y cinco años simultaneó las clases entre Madrid  y Bilbao; su idea era jubilarse a los setenta de profesor y quedarse finalmente en Deusto donde la Comunidad de jesuitas le había encargado ya su administración, y gracias al dominio de distintas lenguas dedicó también parte de su tiempo a traducir obras extranjeras. Sus artículos siguieron llegando a las editoriales  con puntualidad británica y la muerte le sorprendió con el último de ellos a punto de entrar en máquinas.

 

 
Con la familia a las puertas del Santuario de Loyola en sus primeros años como jesuita

 

Nunca perdió de vista sus raíces y su pueblo. Acudía periódicamente a Lerín aprovechando la época vacacional, verano, navidades, Semana Santa…, momentos que aprovechaba para estar con su familia y  amigos. A los pausados paseos por el pinar, acompañado siempre de un libro y su devocionario, que procuraba leer bajo la sombra de los árboles, le seguía su misa de once en la parroquia y son memorables sus sermones de Viernes Santo. En verano, nunca faltaba al rancho que preparaba la familia en la huerta, acompañados en ocasiones de su hermano José Luis, misionero jesuita en la India. José Luis, gastó y desgastó su vida misionando en la zona del Gujerat, evangelizando y dando clases a los niños en el colegio que allí regenta la Compañía,  dando educación y oportunidades a tantos de ellos. Entre sus logros estaba el haber conseguido que muchos de esos niños hicieran carrera universitaria y mejorara su vida y la de sus familias. Aunque su labor no se limitó exclusivamente a eso, desde esta misión fomentó y desarrolló la búsqueda y construcción de pozos de agua que evitó a las mujeres el trabajo de acarrear pesados cántaros sobre sus cabezas atravesando largas distancias; y bien que se lo supieron agradecer a su muerte todos los estamentos religiosos y civiles que vieron en el padre “Goros” un aliado incondicional, sin atenerse al credo religioso que profesaba. Allí permaneció José Luis hasta su inesperada muerte que le sobrevino mientras concelebraba misa.

La muerte sorprendió también  a Javier de forma inesperada. Ocurría un 10 de abril del año 2001 y le sobrevino mientras esperaba en un semáforo para cruzar la bilbaína plaza Moyúa. Un infarto fulminante acabó con su vida allí mismo.  Tenía setenta y un años de edad. Los funerales se celebraron en la capilla de la universidad de Deusto y estuvo acompañado de familiares, amigos y toda la comunidad jesuítica. En la homilía, el jesuita Ángel Pérez Gómez hizo una sentida semblanza en la que entre otras cosas dijo: “al recordar la vida de Javier, al menos a mí, se me viene al corazón un sentimiento de gratitud, de agradecimiento, como jesuita y como cristiano. Con el mérito añadido de no haber buscado nunca ningún protagonismo, de hacerlo todo desde la discreción, la sencillez y la tenacidad”. Sus restos fueron traslados hasta el cementerio del santuario de Loyola donde reposan.

Acababa de entregar Gorosquieta el que iba a ser el último de sus artículos para la revista Fomento Social; su título: “Entre Escila (inflación) y Caribdis (recesión)”. A tenor de los temas que abordaba y transcurridos ya veintiún años desde entonces se podría decir que su análisis no ha perdido vigor: “Nos encontramos ahora, en la economía internacional, en un grave riesgo o dilema parecido al que tenían los clásicos romanos de caer, navegando por el Mediterráneo junto al estrecho de Mesina, en uno de los dos abismos o peligrosos vórtices marinos que se cernían a derecha e izquierda de la nave: Escila y Caribdis. Los extremos de este dilema tienen hoy otro nombre: inflación a la derecha, recesión a la izquierda. El arte del político de la economía está hoy en lograr conducirla por el centro, por la fortaleza y la salud, soslayando esas dos graves enfermedades (…).

(…) De todas maneras no queremos decir que la situación de la economía occidental en estos últimos años haya sido la suma de todos los bienes sin mezcla de mal ninguno. No. Las sombras en la economía estadounidense han sido, sobre todo, un muy grave incremento de las desigualdades sociales y de la pobreza, más los salarios basura. Lacras en la economía española siguen siendo el paro, como queda dicho, la precariedad laboral, la insuficiencia del seguro de desempleo, la discriminación de género. Respecto de la UE, también lo son el paro y la relativa debilidad del crecimiento. Y hay una especie de pecado original de Occidente, el olvido egoísta del mundo en desarrollo, particularmente de África. No bastan, pues, las puras variables económicas, pero éstas son la base que permite superar asimismo todos los déficits sociales (…). Revista de Fomento Social. Número 221. Entre Escila (inflación) y Caribdis (recesión). Javier Gorosquieta SJ. 2001. De 143-151.

Una mente lúcida la de Javier Gorosquieta, un pensador y analista de primer orden en el devenir económico de su tiempo, y que tan bien nos habría venido en la época actual para aportar luz a la delicada coyuntura por la que atraviesa la economía.

 

 
Una parte de la producción literaria de Javier Gorosquieta

 

Estos son los libros que nos dejó como legado Javier Gorosquieta Reyes, algunos de ellos reeditados en la actualidad:

-*Ética del desarrollo económico. Ed. Compañía bibliográfica española, Madrid, 1969

 - *El sistema de ideas tributarias de los teólogos y moralistas principales de la Escuela de Salamanca (siglos XVI y XVII). Universidad Complutense. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Año 1972. 192 pág.

-*Economía de la explotación agropecuaria. Mensajero, Biblioteca Fomento Social, Madrid, 1974

-*”El campo en Crisis. Polémica y reportaje”. Ed. Mensajero, biblioteca Fomento Social, Madrid, 1973

-*Deontología para empresarios Ed. Mensajero. 350 págs. Bilbao, 1978

-*Ética de la empresa. Teoría y casos prácticos. Editorial Mensajero S.A,. Madrid, 2007. 440 páginas. 4ª edición. Traducida al euskera y que se sigue utilizando en las clases de Economía en Deusto.

-*Ética del marketing Unión Editorial, Madrid, 1999

 -*“Globalización, Internet y marketing: una respuesta ética  de Javier Barraca Mairal / José luis Fernández / Joan Fontrodona Felip / Alejo José G. Sissón / Javier Gorosquieta / Marcelo López Cambronero / Francisco J. Roa (coord.) – 1 enero 2003. Colaboración póstuma.

Por otro lado, la producción articulística de Javier Gorosquieta a lo largo de su vida fue tan extensa que no habría modo de recoger aquí todos los títulos, por tanto citaré solo algunos:

-*Los derechos humanos en la evolución económica (1968-69)

-*Igualdad y libertad laboral para la mujer. (1975).

-*Evolución económica y comercio exterior (1970).

-*Contrastes éticos entre la competencia y el monopolio. (1993).

-*Los bienes superfluos de la sociedad actual. (1962).

-*El euro y el empleo.

-*¿Están seguras nuestras pensiones?

-*Dominar la crisis y crear empleo.

-*La inflación como problema de justicia.

-*El actual momento de la política económica.

-*Los derechos humanos, base de la Justicia Social.

-*La moral de los precios de mercado.

-*La educación como inversión rentable y consumo apetecido.

-*Valoración ética de las Stock Options

Y un larguísimo etcétera.

 

Quiero que esta sencilla semblanza sirva como homenaje, tanto a la memoria de Javier como a la José Luis Gorosquieta Reyes, a los que conocí personalmente dada la cercanía en la vecindad. Ambos me brindaron su amistad y compartimos ratos de tertulia en las noches de verano y agradables charlas particulares que quedan para mi caletre. 

 

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Artículo: María Rosario López Oscoz

 

Para realizar este trabajo me he servido principalmente de los artículos:

-“Javier Gorosquieta: aproximación a su ética empresarial desde el análisis de su tesis sobre beneficio económico”. Alberto López Caballero SJ y José Luis Fernández Fernández. Universidad Pontificia de Comillas.

-“Francisco Javier Gorosquieta Reyes (1929-2001) in memorian”. Revista Fomento Social (2001).

 - La homilía del día de su funeral a cargo de Ángel Antonio Pérez Gómez SJ (11-4-2001), y de los artículos, libros y fotografías que la familia de Javier Gorosquieta ha puesto sin reserva en mis manos, a la cual agradezco sinceramente.

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8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, Pili, espero que se sigan haciendo semblanzas y estudios sobre él. Los merece. Un abrazo

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  2. Genial. A pesar de conocerlo no era, para nada, consciente de su enorme talento.
    Muy interesantes sus pensamientos.
    Sigue así Charo.

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    1. Muchas gracias, Pedro. Este hombre era un auténtico sabio en su especialidad. Tenemos una deuda pendiente con él que ya toca saldar. Un abrazo

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  3. Charo, brillante artículo sobre nuestro vecino Javier Gorosquieta.
    Permíteme dos pequeños apuntes. El primero por el que todos le recordamos que es el sermón de Viernes Santo, allí se notaba muy bien su formación.
    Y el otro apunte, mucho más mundano, decir que era un gran aficionado a las vaquillas y siempre que estaba en fiestas de Lerín subia a ver el encierro a la esquina de la calle Marcos, y al acabar tomaba posición en el tablado, que esta junto a la pared de la iglesia, para ver las vacas de la plaza.

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    1. Muchas gracias, Agustín. Estos apuntes y comentarios añaden valor a la semblanza.
      Me gustaría que tú también escribieras sobre él visto desde tu enfoque. Sería muy interesante y enriquecedor. Abrazos

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  4. Muchas gracias Charo por dar a conocer a nuestro hermano Javier de esta forma tan bonita

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    1. Ha sido un verdadero placer completar su semblanza y agradezco todas las facilidades que me habéis dado para su realización.
      Además, la lectura de este texto ha suscitado reacciones muy interesantes. Una persona, también de la calle Marcos, me ha entonado una canción que dice que le cantaron a José Luis cuando se fue misionero a la India, y que era un clásico, dada la frecuencia con que ocurría un evento de este tipo en Lerín. Dice así la primera estrofa: "Mañana en un frágil barco / me he de engolfar en la mar, / daré un adiós a mi patria, / el último adiós quizá. / Por si Dios quisiera que no vuelva más / el corazón te dejo, / oh, Madre celestial".
      Imaginar la iglesia de bote en bote entonando estas estrofas, con la emoción difícilmente contenida, conmueve.

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